24 de marzo de 2012

Reflexionar.

Ayer me voy  a hacer el trámite para mi carnet de colectivo estudiantil, para viajar más barato y no tener que andar jodiendo con monedas. Y por más que el servicio sea una peste como siempre y encima tienen la caradurez de querer aumentar el pasaje, esa no es mi observación del día de hoy. Pongo el acento en que, a pesar de que cuando uno hace esta clase de trámites siempre se encuentra con individuos pintorescos (y esta vez no fué la excepción), me puso particularmente triste un pibito. Capaz habrá tenido unos 12 años. Hacía muchas huevadas y se revolcaba por el piso. Tenía una hermana, de unos 14 o 15. Daba la impresión de que tenía alguna disminución cognitiva. Después, con mi amigo A. caímos en cuenta que no. Él y la hermana estaban evidentemente drogados.
Y me quedé pensando que la vida tiene que ser tan garcha para que criaturas (porque capaz la hermana no, pero el niño ES una criatura, tenía no mas de 12 años) caigan en eso. No voy a soltar el discursito de nuestros padres de que "las drogas son malas" y blablaba porque sería caretearla. Todos somos grandes y sabemos en lo que nos metemos cuando caemos en eso. Pero si sos un pendejo... ¿cómo podés tomar en cuenta el daño que te estás haciendo? ¿Cómo podés discernir si lo que hacés te va a traer consecuencias? Dudo mucho que el niño en cuestión tenga en cuenta esas cosas para andar así por la vida. Y la preocupación mayor: ¿Dónde están los padres? Dios, ¿qué nos pasa?
Francamente estas cosas me suelen poner a pensar un poco en lo mas que estamos como sociedad. Los valores que ya no están. Las grandes mentes que fueron calladas, censuradas, violentadas. La inteligencia que se perdió, el proceso de destrucción que se inició hace 36 años con los militares al poder y que culmina acá, en una fila de una empresa de colectivo, con dos hermanos drogados con paco.

5 comentarios:

Limalimón dijo...

Llega un momento en el que ya nada te sorprende. Ya nada te da a pensar. Ya vas a tener un pensamiento fijo a determinada situación y vas a darte cuenta (desde mi punto de vista obvio) que la cosa es así y no va a dejar de ser así.
Que nos podemos quejar, podemos opinar pero que no podemos hacer nada y que nadie va a hacer nada tampoco.
Es lamentable, pero es así. Por eso ya ni opino yo...

Un beso enorme!

Co dijo...

Que terrible! El paco y las drogas realmente son un flagelo, en todos los estratos sociales, pero más aún en los desprotegidos.Y si, yo pensé lo mismo que vos ¿adónde están los padres o los responsables por ellos? Dios mío! Cuánta soledad, cuanta desprotección, cuantas niñez arruinada, bastardeada.

Anónimo dijo...

Yo pienso que la culpa la tenemos la mayoría de nosotros. Todos se quejan de que los más pequeños se drogan, salen a bailar desde muy chiquitos y se empedan, pero el ejemplo viene de nosotros! Es fácil criticar a los más pequeños y nosotros, a nuestros 20 años, salir a empedarnos, total somos grandes. Para mi es una TREMENDA HUEVADA. Hay que comenzar por NOSOTROS, y después corregir a los demás.

Anónimo dijo...

Y ya que estamos, leí en tu entrada anterior "Último Vicio: Chala". Acá va mi crítica: Fumas chala, tenés un hijo y hablás de nenes drogados. Recomendación anterior directa para VOS. Cambiá vos y después criticá a los demás.

Periférica dijo...

Por eso digo: YO SOY MAYOR. Y uno siendo mayor, decide que hacer y sabe en lo que se mete.
Las criaturas, no.
Gracias por la crítica, igual. Me pasa por donde no me da el sol.